Arturo había soñado que
ayer fuimos al cine.
Vimos una película cuyos
protagonistas eran Ulíses y
Aristóles los personajes se
dirigieron unos a otros de forma
poco apropiada.
Ulises lloraba empeñado que
los animales salvajes fueran
libres para siempre.
Aristóteles, mi mejor amigo
me tranquilizo.